me acostumbré a tomar el café sin leche ni azúcar
marco territorio cuando conquisto un lugar o una persona.
me gusta dormir por tiempos prolongados y no hablo de 20 minutos ni de una hora.
defiendo, con garras y ladridos si es necesario, mis convicciones y a aquellos que me importan; me acostumbré a leer entre líneas las hojas viejas de un libro gastado.
a veces, cuando me vuelven vulnerable, me dejo acariciar. me acostumbré por eso a amar, y amar para siempre.
me acostumbré a morderme las orillas de los dedos cuando la ansiedad toca mi puerta. suelo ser intensa, corro por lo que quiero y espero pacientemente lo que deseo.
me acostumbré a los domingos de lluvia por la tarde acurrucada en una esquina de la cama. me acostumbré al petricor y a buscarle formas a las nubes.
me acostumbré a tu voz a la hora de dormir.
marco territorio cuando conquisto un lugar o una persona.
me gusta dormir por tiempos prolongados y no hablo de 20 minutos ni de una hora.
defiendo, con garras y ladridos si es necesario, mis convicciones y a aquellos que me importan; me acostumbré a leer entre líneas las hojas viejas de un libro gastado.
a veces, cuando me vuelven vulnerable, me dejo acariciar. me acostumbré por eso a amar, y amar para siempre.
me acostumbré a morderme las orillas de los dedos cuando la ansiedad toca mi puerta. suelo ser intensa, corro por lo que quiero y espero pacientemente lo que deseo.
me acostumbré a los domingos de lluvia por la tarde acurrucada en una esquina de la cama. me acostumbré al petricor y a buscarle formas a las nubes.
me acostumbré a tu voz a la hora de dormir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario