viernes, 29 de mayo de 2015

Me gusta tomar café.


Pero más me gusta mi tiempo a solas. Esos minutos preciados en que simplemente podés poner tu mente en el universo que querás.

Me gusta tomar café sola, leer a solas… Por increíble que parezca me gusta viajar en carros con paila. “Rolear” en la paila y contemplar los paisajes y el bullicio de los demás mientras en mi mente se reproduce una sinfonía de historias imaginarias sobre los personajes que van apareciendo en el camino.

Me gusta comer sola, así como me gusta escuchar música sola.

Deleitarme en el placer que le causa a mis oídos la perfecta combinación de las notas e instrumentos en una canción; cómo imitan el sonido de la lluvia o el sonido de un corazón quebrándose.
Me parece hermoso poder disfrutar de la lluvia sola.

Me parece precioso saber que puedo estar en silencio únicamente con el bullicio de mis pensamientos, el  crujir de mis sentimientos o la risa de mis átomos.

Entonces, me gusta tomar café.


Pero más me gusta: tomar café a solas en compañía de un buen libro, leyendo en silencio con la lluvia como música de fondo.

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