A veces, le
decimos las palabras equivocadas
a las personas correctas y viceversa.
Ya que alguna
vez fui la curva de tu sonrisa,
el aliento de tus suspiros
y el silencio de tu boca.
Debo confesar que le temo más a un amor cobarde que a uno
imposible.
Puesto que la
cuestión no es romper el corazón sino dejarlo vacío,
en completa
desolación;
ese es el
verdadero daño que deja el desamor.
El amor es
como un niño jugando en un parque,
no sabe que
está perdido.
No lo
asusten cuando lo encuentren.
No hay comentarios:
Publicar un comentario