Era una noche, o quizá era un día, la verdad es que no estoy segura porque el tiempo no existía.
Una pizca de amor tildó el escenario, bailando con Tonto sobre la Luna al sonar de "Fly me to the Moon" de Frank Sinatra. Ni el mismo Fred Astaire hubiera podido bailarla mejor,
Las estrellas servían de trapecio para no caer al infinito Universo, las cuales se iluminaban al sentir el peso de dos locos enamorados; para ellos no existía nada más que lo que alcanzaban con sus manos.
La misma Luna y el mismo Sol envidiaban su alegría y libertad de demostrarse amor... Él conocía cómo sonaba el interior del corazón de ella. Ella conocía lo que su mirada escondía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario