lunes, 21 de noviembre de 2011

Heridas

En el eco de la soledad
corren las lágrimas de cristal
amarga ansiedad,
devora mi alma de manera fatal.

No puedo
No lo tolero
No quiero
No veo

Heridas, heridas
no de arma,
no de golpes
no por torpe.

Azotes, azotes
no de castigo
ni penitencia
que quebrantan la inocencia.

Mudo, ciego
sordo y tonto
me vuelvo
evitando cargar mi reto.

Y muero, SÍ muero...
con tu mirada de acero
acallas lo que en mi mente
te digo con la mirada.

Heridas, heridas
que dejan su huella
en mi vida
y en mi muerte.

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